ELEGIR BIEN ES MÁS IMPORTANTE DE LO QUE PARECE


A la hora de incorporar a nuestra casa un perro es muy importante tener en cuenta algunos factores que van a influir directamente en la calidad de vida que tanto el animal como nosotros tendremos en el futuro. Nuestro ritmo diario seguramente no sea válido para atender las necesidades de cualquier raza, aunque de partida y con la ilusión de la llegada del nuevo compañero, nos hagamos firmes promesas de que haremos montones de esfuerzos para que todo vaya bien.

Por ejemplo, hemos de ser realistas en cuanto al espacio con el que contamos. No es lo mismo convivir con un perro de raza pequeña en un apartamento que con uno de raza grande, o incluso mediana. Si el espacio es reducido, mejor decantarnos por razas de menor tamaño que demandan menos espacio vital. Hay cantidad de razas que pueden proporcionarnos compañeros inteligentes, ágiles, dinámicos y encantadores. El Westie, el Bulldog Francés, los terrier pequeños, Schnauzer, Jack Russell, Teckel, Basset... Hay muchas razas cuyo tamaño garantiza de partida que ciertos problemas de convivencia no se presentarán, convirtiendo nuestra existencia y la de nuestro amigo en deseada y placentera. En futuras entradas veremos juntos algunas de estas razas más a fondo, para que esos dueños más exigentes con las capacidades de su perro se convenzan de que cualquiera de estas opciones les darán muchas satisfacciones.

Otro factor a tener muy en cuenta es el tiempo que podremos dedicar a nuestro perro. Cualquier animal que vaya a vivir en un piso deberá tener un número de salidas mínimas para satisfacer sus necesidades más básicas, y además deberíamos proporcionarle tiempo de paseo y de trabajo. En función del número de horas diarias con las que contemos, y nuestra disposición en cuanto a la clase de trabajo que daremos al perro, deberemos eliminar la idea de hacernos con ciertas razas. En general, todos los que son o provienen del mundo de la caza serán especialmente inquietos, y si además son de raza mediana en adelante, también requerirán grandes cantidades de ejercicio y trabajo. Es verdad, no obstante, que algunos de estos individuos llevan décadas conviviendo con el hombre urbano y su adaptación a la vida de la ciudad es total. Veremos también en futuras entradas algunas de estas razas más detenidamente.

Finalmente vamos a pensar también en nuestro presupuesto mensual. El gasto no va a ser igual si hemos de alimentar, por ejemplo, a un Teckel, que a un Golden Retriever, y no digamos ya si hablamos de un Gran Danés. Cuando un perro vive en un piso es muy aconsejable alimentarlo a base de piensos compuestos, que garantizan una vida intestinal regular y sin "sorpresas", siempre que no se presenten urgencias veterinarias. Hay piensos para todos los gustos y bolsillos, pero en general convendrá dar a nuestro perro una alimentación rica en todas esas proteínas, grasas, fibras, etcétera, que no queremos que intente obtener por otros medios. La etapa de crecimiento es especialmente importante para esto. A veces no imaginamos la trascendencia que tiene la alimentación en el estado de ánimo del perro, su crecimiento y su desarrollo intelectual. Hablaremos en futuras entradas del consumo de los perros de diferentes tamaños, los piensos disponibles, y del coste de todo ello.

1 comentario:

  1. Anónimo12/08/2009

    Lástima no haberlo pensado antes!!!! Aunque ya adaptados, en mi familia reconocemos que el tamaño sí importa.

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