EL PERRO ES ANIMAL DE MADRIGUERA

Muchas generaciones han pasado desde que el perro fuera salvaje, y con ellas muchos aspectos de nuestros mejores amigos han evolucionado, adaptándose a la convivencia con el hombre. Ahora bien, hay una que está muy arraigada en la genética canina: la vida de madriguera. La guarida de un lobo es una cueva pequeña, oculta, donde se acurruca para pasar sus horas de desanso y relajación con la camada, si la hay. La madriguera es el hogar de la manada.
Este aspecto de nuestro perro nos vendrá muy bien en ciertos casos: a la hora de transportarlo, o cuando se recoge por la noche y descansa en su caseta. En ocasiones es buena idea utilizar una jaula para que el animal no moleste a las visitas, o en tratamientos de trastornos del comportamiento, como en la ansiedad por separación. En contra de lo que se pueda creer, estas jaulas son perfectamente confortables para los perros, y cuando han perdido el temor a entrar en ellas, pueden estar seguros de que pasan largos ratos dentro de ellas, ¡les gusta! Y cómo no, las hay que llegan a los 400 ó 500 euros, con sistemas de climatización. La sofisticación también llega a las jaulas de perros.
Es muy recomendable habituar al animal desde cachorro a este tipo de casetas, por la utilidad y necesidad que se pueda plantear en el futuro. Si no lo hemos hecho, se puede enseñar al perro a estar dentro de la jaula, siguiendo estos consejos:

- conviene emplear al menos un par de semanas en que el perro se habitúe a estar dentro de la jaula, pero que nos vea por la casa; seguro que se quejará, y si es así debemos ignorarle. Ni siquiera hay que reñirle, eso ya es darle la atención que está reclamando.
- durante esas dos semanas, iremos dejándole dentro de la jaula durante periodos cortos de tiempo, por ejemplo de unos diez minutos, y luego iremos subiendo en función de lo que tarde en entrar en estado de calma. En algún momento debería llegar a poder estar una hora e incluso dos sin crear problemas.
- el momento de sacarlo de la jaula es crucial: nunca debe salir durante sus protestas. Hay que esperar a que esté tranquilo, aunque sea por cansancio o porque hayamos sabido esperar a un momento en el que el perro no esté pidiendo salir. Así se dará cuenta de que protestar no es la solución, si no mantenerse tranquilo y calmado.
- podemos darle de comer dentro de la jaula, quitando la puerta o desmontando la parte de arriba.
- las primeras veces es mejor meter al perro después de un largo ejercicio, para que se quede dormido y vaya relacionando el espacio con el descanso.
Finalmente, no suele ser recomendable que el perro esté más de 4 ó 5 horas dentro de la jaula. Puede estropear su capacidad de relacionarse, generar hiperactividad y hacer surgir patologías del comportamiento, sobre todo en el caso de un cachorro, que lo que necesita es justo lo contrario: abundancia de estímulos y no aislamiento.

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