Los perros de asistencia están en desventaja frente a los perros guía en lo que a legislación respecta. Mientras que un can que acompaña a un ciego tiene acceso ilimitado a locales, medios de transporte, centros comerciales y espacios públicos en general, uno que vaya con un minusválido no puede acompañarle en esos mismos casos.
La equiparación depende de las leyes, y éstas de las Comunidades Autónomas. A día de hoy, sólo en cuatro comunidades hay leyes específicas aprobadas sobre el acceso ilimitado de perros de asistencia en espacios públicos (Galicia, País Vasco, Valencia y Cataluña), y una en la que la ley se interpreta de forma que abarque no sólo a perros que acompañen ciegos, sino también a otros minusválidos.
La ley en Madrid lleva años en proceso, y en el resto de comunidades puede que esté muy lejos aún.
Va siendo hora de que se plantee seriamente el aprobar leyes en esta línea, que sólo reportan beneficios a la sociedad, a los usuarios y a los mismos perros.
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