LA IMPORTANCIA DE LA RUTINA

¿Nunca le ha pasado que cuando se va de vacaciones se le trastoca un poco el cuerpo? No comemos a las mismas horas, con lo que en algún momento nos duele la tripa, dormimos mucho menos o mucho más, con lo que estamos agotados o nos duele la espalda, y de nuestras rutinas fisiológicas ya ni hablemos. Y es que estamos habituados a nuestros horarios, a desayunar a esta hora, comer a esta otra, dormir siesta, dar un paseo y ¿a que casi siempre vamos al baño en el mismo momento del día?
Pues lo mismo le pasa a su perro cuando vive sin una rutina establecida: sienten un poco de caos. Ellos necesitan, desde el primer momento en que se incorporan a vivir con nosotros, un pulso de horarios y costumbres que les ayude a sentirse estables física y emocionalmente. Suelen coincidir los problemas de comportamiento con la falta de rutina en su vida diaria.
Esa rutina debe incluir horas fijas de comer, un ejercicio mínimo al día ajustado a las necesidades de su tamaño y constitución, un ratito de trabajo en disciplina y, por supuesto, como premio al esfuerzo, un buen rato de juego y esparcimiento.  El momento para hacer todo esto lo fijaremos en función de nuestra propia disponibilidad y el de toda la familia, teniendo siempre en cuenta que la falta de tiempo no es excusa, no debemos descuidar la responsabilidad con la mascota. Más que nada porque eso traerá, seguramente, consecuencias molestas para todos.
Para individuos sin problemas graves de comportamiento, estas sencillas pautas serán suficientes para que la convivencia sea grata y nuestro animal viva equilibrado y nos llene los días de buenos ratos.

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